De compras

Aleteó enfurruñada hasta llegar al comienzo del mercado, arrastrando una bolsa gigante aun vacia. ¿Cómo podía ser posible? Los Martes eran por tradición día de fruta del sol para la cena y sus despensas nunca, NUNCA carecían de ella. Era una regla. La fruta del sol era la preferida de la pequeña princesa. Pero claro.. el incompetente del repartidor había fallado en enviarle el cargamento esta luna. Y el incompetente del encargado de bodega había olvidado decirle a los de cocina. Y el incompetente del cocinero había olvidado revisarlo y notificarle. Y claro... la cena de todo un palacio ahora se veía comprometida por un trio de incapaces. La ponía tan furiosa que de solo recordarlo le salían chispitas por las manos asi que no quería hacerlo demasiado: su gran bolsa de mercado, despues de todo, era muy inflamable.

Pero no. Estaba decidido a salvar el día. Luego del altercado con Nyx a causa de la perdida del principe, luego del desastre de la sala norte (a quién se le ocurre comer helado corriendo por un piso recién encerado? que costaba volar?) estaba decidida a que este día necesitaba que al menos la cena funcionara bien... asi que ahí estaba, caminando por el mercado con una bolsa bastante más grande de lo que su porte le permitía cargar, dispuesta a llenarla con toda la fruta del sol que pudiera encontrar.
La cena sería estupenda o moriría en el intento.
Y no. No estaba exagerando.