buscandole

Corrió a lo largo de la sala del trono, emocionado. ¡Tenía que encontrar a Opal ahora! ¡tenía que decírselo! emprendió el vuelo hacia afuera del tronco, revoloteando por ahí, buscando al hada impetuosamente

"opal...!!!!" entono con voz clara y alta, llamándole. tendría que escucharlo..

Opal venía de vuelta de su cazería, cubriendo su brazo con su capa y derramando algunas gotas de sangre sobre las flores sobre las cuáles volaba. Vaya que si las había visto negras con ese maldito murciélago... pero, ya en casa, solo quedaba curarse y limpiarse para no preocupar a nadie.

Entonces una voz. Oh-oh.

Pensó en esconderse para que no le viera, pero ya era demasiado tarde. Casi como destinados, se encontró practicamente de frente con Amethyst. "¡Amel!" se sonrojó de vergüenza, ocultando aun más su herida.

Se quedó helado... esa... esa era sangre?

"Opel!!!" chilló, para volar rápido hacia el hada. "qué pasó, estas bien? No te muevas, no vueles..!! MÉDICOS!!!!!!!!!!" Agarró a Opal de la cintura, soportando su peso, y comenzo a volar directo de vuelta al palacio, llamando a los médicos con gran alarma.

Ok. Capacidad para simular: 0. Resultaba sorprendente que fuera imposible mentirle a Amethyst y ya no sabía si era porque él no tenía habilidades para ello o simplemente Amel le conocía demasiado bien.

"¡Estoy bien, estoy bien!" Intento calmar su alarma, sintiéndose ahora aun más culpable. "Es solo un razguño..." Bueno. Quizás 'mordida' fuera la palabra más adecuada, en realidad.

Aun así, no opuso resistencia a ser asido. La verdad, la cercanía si le hizo sentir un poco mejor.

"Quien te hizo esto?!" preguntó mientras los médicos llegaban a atender a opel. Amel no era de abusar de su poder de principe, pero mandaria a asesinar a alguien hoy...

Se sintió reposar sobre una cama y cómo varios médicos, algo aturdidos, llegaban para cumplir su deber. Le provocaba un poco de timidéz el verse repentinamente rodeado de tantas atenciones, pero al ver el rostro de Amethyst no pudo menos que sentir algo cálido en el pecho.

No debería alegrarme tanto el preocuparte, ¿cierto? Se sonrió un poco, negando.

"Nadie, nadie. Ha sido un percanse menor en las cuevas..." permitiendo que le desvistieran el torso y dejando al descubierto un brazo maltrecho. Opal cerró un ojo, aguantando el quejarse, y los médicos se miraron con asombro mientras buscaban unguüentos y varitas.

"Cómo se te ocurre ir solo a una cueva...!!! Mira esa herida..!!!!" exclamo acongojado, con ciertas ganas de llorar. Decidió evitar los retos hasta estar seguro de que Opal estuviera bien, así que opto por callarse y tomarle la mano al ladito suyo, con carita de ratón asustado.

No sonreír le significaba un uso enorme de voluntad. No es que fuera sádico y le gustase que Amethyst estuviera acongojado, pero esas miradas de preocupación le significaban la mayor muestra de amor que alguien podía darle a otra persona. 'No quiero perderte' decían. 'No quiero que desaparescas'.

Los médicos quitaron rápidamente las astillas del brazo, para luego cocer y unguëntar la carne abierta. Unos conjuntos facilitaron la labor y, pronto, Opal se encontró con su brazo vendado y cedado de todo dolor.

"Si no utiliza el brazo estará ya cicatrizado para mañana, Su Majestad" indicó el médico jefe, ejerciendo una respetuosa reverencia.

"Cuidaré que no lo Haga Doctor. muchas gracias..." y si, lo decía MUY en serio. Miró a Opal regañoso

"Tu hoy no te mueves. Ven, te llevare a mi habitación: dormirás allá..."

"¡P-pero...!" Abrió los ojos de par en par, mirando alternadamente a los médicos y a Amethyst. "Debo..." mirando de reojo una bolsita que descansaba junto a su ropa.

"Es una orden real!!!!!!!" se apresuró a responder, con el tono más 'autoritario' que pudo. Ahora podía dar ordenes reales, jet lo había graduado recién...

Médicos y paciente dieron un brinco de sorpresa, a lo que todos -si, los médicos también- comenzaron a asentir varias veces como si la orden fuese ahora de prioridad real (¿lo era?).

Opal parpadeó... sonrió ligeramente y asintió, sumiso. Su madre no se molestaría por que le entregase el musgo mañana (¡oooh, si lo hará!).

"Está bien, Su Alteza" bromeó un poco la hada, incorporándose a duras penas y dándole un pequeño beso en la comisura de los labios. "¿Me cargarás hasta tu cuarto?" susurró.

...

Los médicos observaron al situación sin saber qué decir. Se miraron entre ellos, murmuraron un poco y luego volvieron a ver a las dos hadas con reprimida desaprobación.

"NO-TE-MUEVAS ò_ó!!!!!!!!" el tono y la orden dejo a los médicos algo desconcertados. Amethyst se dio la vuelta hacia la espalda de Opel y le tomó en brazos con facilidad (era tan flaquito!) para comenzar a flotar en el aire

"muchos gracias, druidas... llevaré a Opel a la habitación ahora." Hizo un gesto para despedirse, cortes, y comenzó a volar. esto de mandar a la gente no era nada de malo ahora q lo pensaba bien...

(¡Ey! ¡No es TAAN flaquito! ;O; ¡Solo medio desnutrido! *Fail*)

Opal estiró la mano para procurar llevarse consigo su tesoro, dejándose cargar sin demasiado pleito. Ya no le dolía el brazo, estaba en casa, en los brazos de Amethyst. Iban a su cuarto, ahora, y seguro Amel cuidaría de él todo el día.

"Voy a ir a la cueva más seguido si siempre me atenderás así..." jugó, escondiendo la nariz en el pecho de la otra hada.

"No bromees con eso!!!" regañoso, frunciendo el ceño. "Fuiste un tonto Opal: Quién va y se enfrenta a un murciélago así como así?"
Ammy solía hacerlo.
"El maestro te regañaría si supiera.." Abrió la puerta con la espalda, entrando a Opal con delicadeza y recostandole en la cama. Tendría que pedirle al servicio algo de sopa...

Al margen de la babosa felicidad de la que rebosaba su pecho en ese momento (Amethyst cargándole dulcemente ♥), Opal -ya en la cama- sonrió con complicidad maligna atrayéndole por la capa.

"¿Murciélago? ¿Quién ha hablado de murciélagos?" divertido, utilizando esa voz de 'ah, te atrapé'.

"Solo alguien que se enfrenta a ellos cotidianamente podría reconocer el ataque viendo la mordida... ¿no, Amel?"

Abrio mucho los ojos, sintiendose acusado
"Nooo..! es solo que.. es facil identificarlos.. o sea.... ... pobre Oeel... a veces la perdida de sangre causa estas confusiones. duerme ahora, si?" tapandole los ojitos con las manitos con una risita nerviosa, para luego volver a la calma y a poco y comenzar a hacerle cariño en el pelo
suspiró.
"Opel, mi Opel... Necesitas descansar y recuperar toda esa sangre que ese horrible murcielago te quitó.."
Esta vez si lo decía en serio, no para salirse del tema ah?. Sonrió dulce y le dio un beso en la frente. Menos mal que estaba ahora bien y en su cama. La sola idea de perderlo le hacia más dificil el moverse.